Para cuando Crist?bal Col?n comenz? su viaje al Este desde el Nuevo Mundo, hab?a explorado San Salvador en las Bahamas (que ?l pens? era Jap?n), Cuba (que pens? era China) y La Espa?ola, la fuente del oro. Seg?n cuenta la historia com?n, en su ruta de regreso a Espa?a tras su primer viaje, Col?n hizo una visita de cortes?a en Lisboa, para informar al rey portugu?s Juan II acerca de su descubrimiento del Nuevo Mundo. El rey Juan procedi? a protestar que, de acuerdo al Tratado de Alc??ovas de 1479, que divid?a el Oc?ano Atl?ntico entre las esferas de influencia espa?ola y portuguesa, las tierras reci?n descubiertas le pertenec?an por derecho a Portugal. Para dejar en claro este punto, una flota portuguesa fue autorizada y enviada al oeste desde el r?o Tajo para reclamar las "Indias", lo que provoc? un torbellino de actividad diplom?tica en la corte de Isabel y Fernando. En ese momento Espa?a carec?a del poder naval para impedir que Portugal actuara sobre esta amenaza, y el resultado fue el enormemente influyente Tratado de Tordesillas de 1494.
Quiz?s inevitablemente, se hab?a desarrollado una rivalidad regional cuando los portugueses comenzaron a establecer una colonia en Brasil y a expandir sus fronteras hacia el sur. Tras la conquista de los incas en la d?cada de 1530, la amenaza portuguesa motiv? la autorizaci?n de una segunda expedici?n, esta vez bajo el mando de Pedro de Mendoza y con una fuerza de 1.500 hombres aproximadamente. El grupo lleg? a la desembocadura del R?o de la Plata en 1536, y all? fund? Mendoza el asentamiento de "Nuestra Se?ora Santa Mar?a del Buen Ayre" [sic]. Esta fue la base de la futura ciudad de Buenos Aires, pero su establecimiento no estuvo exento de la resistencia de las tribus circundantes, que marc? el tipo de conflictos que dar?an forma a la historia y los movimientos de independencia de Argentina durante los siguientes 300 a?os.Hasta la d?cada de 1930, el nacionalismo siempre hab?a tendido a ser un fen?meno de la derecha o de los anarquistas o bolcheviques inmigrantes. Ahora, sin embargo, el ?nfasis pas? al terreno medio, e ir?nicamente, una de las cuestiones que impulsaron el nacionalismo argentino fue la excesiva presencia brit?nica en los asuntos argentinos, avivada recientemente por el acuerdo comercial preferencial. Tal vez lo m?s importante, la toma y apropiaci?n de las Islas Malvinas por parte de los brit?nicos en 1833 -o las Falkland Islands, como ellos las denominaron-, segu?a siendo un punto delicado.
Esta oleada de nacionalismo cultural fue muy diferente al nacionalismo pol?tico, m?s visceral, que le precedi?, y amas? un n?mero considerable de seguidores en Buenos Aires entre los intelectuales liberales y la clase media. El movimiento cobr? m?s ?mpetu con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el congelamiento de los mercados europeos, junto con el ?nfasis brit?nico en la preferencia imperial como medio para ahorrar moneda extranjera. Comenzaron a o?rse llamados a nacionalizar la industria, a la manufactura en el pa?s de bienes que ya no se importaban, y por un mayor grado de proteccionismo y autosuficiencia. Al mismo tiempo, la neutralidad de Argentina durante la guerra fue castigada por los Estados Unidos, que excluyeron a la naci?n de un programa de armamento para varios pa?ses de Am?rica Latina. Esto golpe? a las fuerzas armadas argentinas con un ataque de nervios por si se quedaban atrasados en materia de preparaci?n militar.
Cuando las tensiones hab?an aumentado durante m?s de un a?o, las cosas se desenvolvieron precisamente como hab?an temido los oponentes de Per?n. Para los meses finales de 1945, su popularidad se hab?a disparado, y parec?a inevitable que tomar?a el control del gobierno militar si se le permit?a continuar en el poder.
Author: Areani Moros |
Publisher: Independently Published |
Publication Date: Dec 23, 2020 |
Number of Pages: 102 pages |
Binding: Paperback or Softback |
ISBN-10: NA |
ISBN-13: 9798585859250 |