3cientos Uni Versos: Y Otros Poemas Tales

Este libro tiene una caracter?stica que no muchos tienen, y es que trae unas indicaciones previas de como est? constituido o de c?mo fue construido por su autor. Esto devela de entrada dos cosas, pero seguramente hay muchas m?s que el lector ir? descubriendo en su lectura. Esas dos cosas son, primero que el libro lo exige, porque sino pasar?a como un mero ejercicio sin invenci?n ni fundamento; la otra es que, sin separar una de la otra, juego y matem?tica, parecieran ponerse de acuerdo para dar con un nuevo tipo de lector, m?s creativo que asimilativo, menos pasivo y m?s activo, sugerente, m?s abierto que cerrado.

Como se te propone lo vas leyendo como un largo y extenso poema que intenta todos los registros imaginarios y reales, de g?neros literarios y visuales, que junta el m?s exquisito lenguaje con el habla popular, en este caso, el maracucho, que identifica el lar nativo del poeta. Pero, resulta que el poema se te revela y rebela y va creciendo y ensanch?ndose como en espiral en diversos poemas y no s?lo uno. Te encuentras con la posibilidad que puedes leer el libro no s?lo como se te indica sino como se te ocurra. Puedes en verdad constatar la verdadera funci?n del verso libre, pues ?ste te invita, a ti, lector, a liberarte.

Es una escritura poliedrica. Por el ?ngulo, de los tantos que sugiere, le entres, siempre te vas a encontrar con la posibilidad de lo convencional desbordada. Im?genes por la met?fora, im?genes por la relaci?n verbal que proyecta una palabra a otra. Como dije, verso libre y nunca de m?s, escritura aforistica, chanza, broma, iron?a, exhortaci?n, anuncio, pinta callejera o, belleza, sencilla y para nada elocuente belleza. Rica conjunci?n, dada por el poeta Carlos Ildemar P?rez a manera de s?ntesis art?stica, me recuerda a Marcel Duchamp. Como en ?ste, P?rez hace confluir un sin fin de ideas, incluso de todos los tiempos, movimientos y autores. Su logro est? en que no los expresa como cita o imitaci?n, y a penas lo evidencia, a ese lector que busca, el lector creador, quien en fin har? su propio poema. "El arte es producido por una sucesi?n de individuos que se expresan a si mismos, no es cuesti?n de progreso./ El progreso es simplemente una enorme presunci?n de nuestra parte". Esto dej? dicho Duchamp y en est?s p?ginas se cumple en un doble sentido: de asimilaci?n y de ruptura. Podemos afirmar entonces que estamos ante un poema-objeto? Un poema que puede ser llevado, conducido, rehecho por su receptor; pero que a su vez impone su laboriosa construcci?n y sus inflexiones verbales no se quedan en la mera representaci?n.

Ya desde sus primeros libros, Carlos Ildemar P?rez, se nos revelaba con voz propia y con un estilo que siempre excede al libro escrito, y busca incidir en un contacto m?s cercano con el receptor, esto debido a su dedicaci?n como actor, dramaturgo y titiritero. Cuando la mayor?a de los poetas buscan al creador en s? mismos, P?rez lo busca fuera. Tambi?n est? su disciplinada formaci?n universitaria, contribuyendo a crear c?tedras y talleres libres de poes?a en la Universidad del Zulia; todo esto sin abandonar su propia obra, la cual ya suma varios t?tulos y ha sido reconocida en cert?menes literarios nacionales y extranjeros, al igual que recibir un merecido reconocimiento critico.

C?sar Seco