Studia Heideggeriana Vol XI: Interpretaciones fenomenol?icas del no-estar-en-casa

En las circunstancias que la poblaci?n mundial ha vivido en los ?ltimos meses es posible destacar algunos fen?menos caracter?sticos de aquel modo existencial que Heidegger describi? como un no-estar-en-casa, la p?rdida de la familiaridad cotidiana con nuestro mundo. Merece la pena examinar estos fen?menos seg?n una perspectiva fenomenol?gica y hermen?utica ya que -al igual que la angustia- son situaciones que desconectan al Dasein de su mundo y de la interpretaci?n p?blica desde la cual suele comprenderse.

La enfermedad ha afectado a millones de personas que han experimentado en primera persona el l?mite de su cuerpo f?sico y la incidencia de alteraciones emotivas indeseadas. A qu? experiencia del mundo, del cuerpo, del s? mismo, de los otros, etc. da acceso la enfermedad? Qu? tipos de "no sentirse en casa en el mundo" experimenta el enfermo?

Hemos estados aislados a la fuerza en nuestras casas, solos o con nuestro n?cleo familiar. Qu? significa habitar un espacio, nuestra morada, en r?gimen de confinamiento? El espacio m?s cercano e ?ntimo se ha vuelto inh?spito poniendo de manifiesto c?mo no solo la enfermedad f?sica transforma el espacio del mundo, sino tambi?n nuestras disposiciones afectivas. Cu?l es el espacio del no-estar-en-casa?

El tiempo ha destacado por su ausencia o por su sobreabundancia. C?mo es el tiempo de la enfermedad y del aislamiento? Qu? revelan el peso o la levedad del tiempo inh?spito para una anal?tica existencial y/o una ontolog?a fundamental?

Enfermos y aislados hemos experimentado la necesidad profunda de ser cuidados. El dolor de nuestra carne o la desaz?n del estar confinados apelaban, expl?cita o impl?citamente, a otro, alguien en quien pudi?ramos confiar y que aliviara nuestras penas. Qu? tipo de relaci?n con el otro se da cuando no-estamos-en-casa?

El confinamiento ha desvelado tambi?n otra cara de la relaci?n con el otro: su ser inh?spito de una manera radical. Lo rehuimos, nos apartamos de ?l en la calle y lo vemos como un ente potencialmente da?ino. C?mo conciliar necesidad y rechazo del otro? Qu? vida p?blica se plasma cuando el otro en su conjunto es una amenaza? Qu? modalidades del Uno se manifiestan en el confinamiento?

El uso de medicamentos como cura para las enfermedades, si por un lado supone un alivio ansiado, por el otro tiene implicaciones que exceden la simple curaci?n. Por lo menos en Occidente el fen?meno de la medicalizaci?n y de la estricta correlaci?n entre f?rmacos y salud es digno de ser analizado. Qu? v?nculos se est?n trazando entre salud y medicina en sociedades permeadas por la t?cnica? Qu? significa salud, "estar bien", cuando los cuidados y la salud est?n cada vez m?s enfocados en t?rminos meramente t?cnico-instrumentales?

La comunicaci?n se est? apoyando cada vez m?s en las nuevas tecnolog?as (videollamadas, seminarios y congresos virtuales, clases online, etc.). La propia educaci?n -que tiene en la comunicaci?n un ingrediente fundamental- ha tenido que abandonar las aulas "reales" para aterrizar en las plataformas "digitales". C?mo interpretar estos "nuevos" di?logos? En qu? experiencia de la comunicaci?n introducen? Durante a?os hemos fantaseado con las potencialidades de la comunicaci?n online que en un tiempo extremadamente reducido anula toda distancia espacial poni?ndonos en relaci?n con todo el mundo. Sin embargo, cuando nos hemos visto "confinados" a este ?nico tipo de comunicaci?n, para muchos se ha vuelto insoportable y han empezado a sentir como necesaria una comunicaci?n "en carne y hueso". Se puede hablar, con rigor fenomenol?gico, de varios tipos de comunicaci?n (real/natural y virtual)? Qu? diferencias fenomenol?gicas (l?mites y potencialidades) hay entre estas modalidades comunicativas?