Culturea

Hacia las tres de la tarde de un d?a del mes de octubre de 1844, un hombre de unos sesenta a?os, pero a quien todo el mundo hubiese cre?do mayor, andaba por el bulevar de los Italianos, con la cabeza...

El otro d?a, al revisar mis papeles, hall? en mi mesa la siguiente copia de una carta que envi?, un a?o ha, a un viejo conocido del colegio. Querido Charles: Creo que cuando t? y yo estuvimos juntos...

- Y el Congo americano? -inquiri? Max Huber-. Acaso no falta agregar un Congo americano? - Para qu?, mi querido Max?- le contest? John Cort-. Acaso nos faltan grandes extensiones en los Estados...

EL MONJE ROMANO, ? la lumbre. ERMITA?O Qu? tormenta nos amaga! Qu? noche, v?lgame el cielo! Y esta lumbre se me apaga... Si est? lloviznando hielo! Cu?n grande ? Dios se concibe en aquesta...

Mi ni?a querida, el bromuro de sodio (si es as? como lo llaman) result? ser perfectamente in?til. No quiero decir que no me hiciera bien, pero nunca tuve ocasi?n de sacar la botella de la valija. Me...

CORO MAYORA POLONIA Pues el sol placentero ya nos anuncia el d?a, para que cuantos lleguen nuestros afanes sirvan, comerciantes del Rastro, muy buenos d?as. Mis ricos panes (Sola.) llevad, galanes;...

- Bet! - Beth! - Bess! - Betsey! - Betty! Todos estos nombres resonaron sucesivamente en el magn?fico vest?bulo de Helensburgh con arreglo a la costumbre del hermano Sam y del hermano Sib de llamar...

En la primavera de 1894, el asesinato del honorable Ronald Adair, ocurrido en las m?s extra?as e inexplicables circunstancias, ten?a interesado a todo Londres y consternado al mundo elegante. El...

Se aproximaba la hora del crep?sculo de un s?bado de noviembre, y la vasta extensi?n de ilimitado erial conocida por el nombre de Egdon Heath se entenebrec?a por momentos. All? en lo alto, la c?ncava...

Salen JARIFA y ABINDARR?EZ, cada uno por su lado, sin verse ABINDARR?EZ: Verdes y hermosas plantas, que el sol con rayos de oro y ojos tristes ha visto veces tantas, cuantas ha que de un alma el...

Salen a un tiempo por dos puertas Abindarr?ez y Jarifa. Sin verse. Abind. Verdes y hermosas plantas, Que el sol con rayos de oro y ojos tristes Ha visto veces tantas Cuantas ha que de un alma el...

Sale Sancho. Sancho. Nobles campos de Galicia, Que a sombras destas monta?as, Que el Sil entre verdes ca?as Llevar la falda codicia, Dais sustento a la milicia De flores de mil colores; Aves que...

Pobres mujeres y pobres ni?os! Ancianos y j?venes hab?an formado un valeroso ej?rcito para combatir al enemigo que hab?a venido a sitiarlos a los mejores de sus pueblos y, no habiendo logrado vencer,...

Acaeci? en los d?as de Uther Pendragon, cuando era ?ste rey de toda Inglaterra, y como tal reinaba, que hab?a un poderoso duque en Cornualles que sosten?a guerra contra ?l mucho tiempo. Y el duque se...

Hay tantas cosas imposibles de explicar! Por qu? ciertas notas musicales me recuerdan los tintes dorados y herrumbrosos del follaje de oto?o? Por qu? la Misa de Santa Cecilia hace que mis...

GLOSTER Eso cre?amos nosotros. Pero ahora que divide su reino, no est? claro a cu?l de los dos aprecia m?s, pues los m?ritos est?n tan igualados que ni la propia minuciosidad sabr?a escoger entre uno...

LOBILLO: Por qu? fue la quisti?n? LUGO: No fue por nada. No se repita, si es que amigos somos. GANCHOSO: Quiso Lugo empinarse sobre llombre, y, siendo rufo de primer tonsura, asentarse en la c?treda...

La cajiga aquella era un soberbio ejemplar de su especie: grueso, duro y sano como una pe?a el tronco, de retorcida veta, como la fil?stica de un cable; ramas horizontales, r?gidas y potentes, con...

El se?or Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie...

El se?or Sherlock Holmes, que de ordinario se levantaba muy tarde, excepto en las ocasiones nada infrecuentes en que no se acostaba en toda la noche, estaba desayunando. Yo, que me hallaba de pie...

La campanilla de la puerta repic? de un modo tan respetuoso y delicado, que parec?a un homenaje al due?o de la casa; y el criado, al abrir la mampara de cristal, mostr? sorpresa -sorpresa discreta,...

Despu?s de traspasar el Guayra, y por un trecho de diez leguas, el r?o Paran? es inaccesible a la navegaci?n. Constituye all?, entre alt?simas barrancas negras, un canal de doscientos metros de ancho...

En una tarde de mayo de uno de los primeros a?os del siglo XIV, volv?an de la feria de San Marcos de Cacabelos tres, al parecer, criados de alguno de los grandes se?ores que entonces se repart?an el...

Entre las muchas deudas que hemos contra?do con las supremas facultades est?ticas de Goethe se cuenta la de haber sido el primero que nos ense?? a definir la belleza en t?rminos de la mayor...

M?SICA (Dentro.) Pues es d?a de contento de placer y de alegr?a, regoc?jese la tierra, que el cielo se regocija, y g?cese el d?a al ver que la tierra y el cielo compitan lloviendo favores, finezas y...

Poca agua lleva el r?o, el estanque se ha secado, y nosotros, t? y yo, somos camaradas. Con fiebre en las quijadas, el flanco lleno de polvo, nos empujamos siguiendo la ribera. El miedo a padecer sed...

JUAN: Hermosa vista! LEONARDO: Un abril goza en sus puertas Sevilla. JUAN: Es octava maravilla. LEONARDO: Ya la fama cuenta mil, porque a las siete del mundo no hay quien la suya no aumente. JUAN:...

Imposible es que Dios cuando hizo al hombre no estuviese de mal?simo humor, y de peor ganas de hacerlo; puesto que nada ha salido de sus divinas manos, ni m?s mal hecho, ni de condiciones m?s...

Hace tanto tiempo que se desea conocer lo que haya de cierto en los singulares acontecimientos ocurridos al se?or de Balantry, que la curiosidad p?blica dar? una magn?fica acogida a este relato. Yo,...

A la verdad, aunque todas las misas sean id?nticas y su valor igualmente infinito como sacrificio en que hace de v?ctima el mismo Dios, yo prefer? siempre o?r la del se?or doctoral de Marineda,...